¡Día del maestro!

La elección del 15 de mayo como celebración del día del maestro en México, se remonta a 1917 cuando un grupo de diputados que en su mayoría eran ex maestros, encabezados por Benito Ramírez y Enrique Viesca, enviaron una iniciativa al congreso para celebrar a las y los trabajadores de la educación. 

 Se eligió esta fecha  para conmemorar a un personaje central en la historia de la educación religiosa: San Juan Bautista de La Salle. Quién fue un sacerdote y pedagogo francés, que dedicó su vida a formar maestros destinados a la educación de hijos de artesanos y de niños pobres. Además, resultaba importante el 15 de mayo debido a que coincidía con el aniversario de la toma de Quéretaro.  Sin embargo, la fecha para celebrar cambia en el resto del mundo. La UNESCO, por ejemplo, declaró el 5 de octubre como el Día Mundial del Maestro. 

Ser maestra o maestro es uno de los trabajos más nobles del ser humano, transmitir el conocimiento, explicar con paciencia y dedicación no es una tarea fácil, en ocasiones el trabajo de un profesor es extenuante y se extiende más allá de las horas en las que pasan en el aula en tiempos normales, debido a la planeación y otras cosas que se deben tener en tiempo y forma. Durante la pandemia la exigencia es doble, pues además, los maestros tienen que encontrar nuevas maneras  para compartir su conocimiento como consecuencia del cierre de las escuelas,  y  la transición hacia la enseñanza a distancia. Hoy en día las maestras y los maestros saben que el ordenador forma parte del paisaje y que ahora es una pilar fundamental en la educación, sin embargo resaltamos la idea de que sólo aprendemos a vivir del contacto con nuestros semejantes; no sólo de la perfección de un programa de ordenador, sino de la imperfección de un ser humano. Por eso el maestro es insustituible pues sólo las personas pueden enseñar a vivir a las personas.

Hoy en día la labor del docente se convierte en un reto; su función va mucho más allá de la simple instrucción, pues los conocimientos académicos se adquieren con facilidad mediante una buena orientación metodológica, la utilización de los instrumentos y recursos didácticos que se tienen a disposición en esta época de avances tecnológicos y científicos; sin embargo,  la formación de personas íntegras, honestas, útiles a la sociedad, no se logra con lecturas, ni trabajos de investigación o ensayo, sino con el testimonio permanente y las actitudes positivas que el profesor proyecta en sus estudiantes. 

Por eso, reconocemos a las maestras y  los maestros de hoy y de ayer. Los de hoy porque forman a las actuales y futuras generaciones y los de ayer porque nos dejaron las bases de lo que es hoy  la actualidad. Siendo ellas y ellos la piedra angular sobre la cual construimos una educación inclusiva, justa, equitativa, tolerante y de calidad.

El Colegio Báltico agradece profundamente a todas y todos nuestros profesores la importancia social de su trabajo y las diversas responsabilidades de su profesión.