¿Cómo hacer composta con desechos orgánicos?

La composta es la tierra derivada de la putrefacción de los desechos orgánicos en el que los microorganismos descomponen la materia. Este proceso de descomposición aeróbica ocurre de manera natural, sin embargo el compostaje y la lobricomposta aceleran la transformación convirtiendo el resultado en un excelente fertilizante lleno de nutrientes para el cultivo, el jardín y las plantas del hogar, además de reducir considerablemente la basura que generamos.
Sin embargo, no todos los residuos procedentes de la cocina pueden verterse, solamente aquellos considerados como productos “verdes” (restos de: frutas, vegetales y hortalizas; cascaras de huevo, restos de café e infusiones) los cuales aportan nitrógeno y los productos “cafés” (pedazos de madera, cartón o papel sin tinta, hojas muertas, flores, plantas, ramas) estos últimos le darán a la tierra un alto contenido de carbón. Es recomendable triturar o picar en trozos pequeños los desechos para facilitar el proceso y vaciarlos de manera intercalada entre materiales secos (cafés) y materiales húmedos (verdes).
Debemos evitar arrojar en nuestro compostador restos de carne, pescado, huesos, excremento de mascota, cenizas, aceite, grasa y productos lácteos.
Para comenzar, necesitaremos adecuar la cama de composta y colocar el compostero de preferencia en el patio, la azotea o el jardín.
1. Incorpora una capa de paja de 30 cm de altura a lo largo de la cama y encima restos de jardinería, viruta o aserrín o desechos de hortalizas. Humedece profusamente.
2. Agrega una capa de 15 cm. de restos de comida o de jardinería. Humedece.
3. Añade una capa de entre 5 y 10 cm de estiércol desmenuzado y humedece.
4. Alterna otras capas iguales a las anteriores.
5. Evita que la composta se seque para evitar invasión de ácaros, hormigas u otros animales, o que se moje en exceso porque proliferan los hongos y despide mal olor.
6. Voltea la composta a los 15 días y luego cada semana. Cuida que la temperatura se mantenga entre los 50 y 60 °C. Si no aumentó el calor, voltea nuevamente y agrega tierra, agua y residuos verdes. Mantén un equilibrio entre material verde y seco. Adiciona tierra para que los microorganismos aceleren el proceso. Recuerda ventilar el compost de forma periódica.
Después de 2 o 3 meses, la mezcla de la composta se verá homogénea. El color deberá ser café obscuro o negro y con un olor singular, como a bosque. La textura no debe ser muy húmeda.
7. Una vez lista la composta, almacena en costales y guárdalos en un lugar seco hasta que los utilices para fertilizar tu huerto casero o tus macetas.
Esta es una buena alternativa para reducir el impacto ambiental y preservar el ecosistema, además de enseñar a los niños a respetar el entorno y ejercer un consumo responsable.
Entre las principales ventajas, se encuentra el evitar que los desechos de materia orgánica terminen contaminando el medio ambiente, además de sustituir los abonos con componentes químicos por unos naturales.